Frente a los terribles e imparables casos de desapariciones en Jalisco, México, el caso de los amigos Hugo Garrido y Javier Gutiérrez fue la muestra de cómo gracias al trabajo de búsqueda de sus padres, como lo hacen los familiares de las miles de personas no localizadas, rindió frutos. La forma en que su cadáveres fueron localizados, fue inaudita.