A continuación una carta pública compartida por Ahtziri Cárdenas Camarena en sus redes en abril de 2016, dedicada a Vicente Fernández, cuando él se retiró de los escenarios:
¡El gran Vicente Fernández! En cada uno de nosotros ha dejado una huella diferente…. aquí les comparto la mía, con un video que significa mucho para mi.
Era agosto de 1986, yo aún no entraba a trabajar en la televisión (lo haría 3 meses después). Nos conocimos desde mucho antes debido a la charrería, un deporte practicado por su familia y la mía. Cuando me veía en algún lienzo charro, siempre me llamaba cariñosamente “sobrina”, y yo, obvio, “tío”. Un buen día de ese verano, recibí la invitación de un productor de Televisa México, para participar en un video de Don Chente, que confieso, no entendía mucho aún sobre el mundo de la televisión. De hecho, los videos musicales en esa época apenas tomaban forma.
A los pocos días y ataviada a la usanza revolucionaria de una “Adelita”, estaba ya en el rancho Los 3 potrillos en medio de una gran producción televisiva con todo listo para grabar. Se trataba de la mexicanísima canción “Cielito Lindo” que interpretaría el ya llamado charro de Huentitán, donde como parte de la producción, él me cantaría nada más ni nada menos que al oído. Que ¿cómo estaba yo? Súper nerviosa, ¿a poco no se nota en el video? Por fortuna, no tuvimos que grabarlo muchas veces.
El video que hoy les comparto, quedó a la segunda toma. En plan de producción incluía que también sería su musa para el video de la melodía “Alfonsina y el mar”, que implicaba que yo tenía que llorar viendo hacía el horizonte. Lo confieso, nunca lo logré ni con lágrimas ficticias. Ese video se grabó, obvio, sin mi.
El tiempo transcurrió y me convertí en reportera. Cuando se presentaba el momento de entrevistarlo, tenía muy claro que no podía llegar a solicitarle una entrevista en calidad de mi “tío”, aunque él en todas nuestras entrevistas nunca dejó de tratarme como su “sobrina”, hasta el día de hoy. Siempre, como de familia. De hecho más de alguna vez regañó a personal de su disquera o equipo de seguridad por no darnos no sólo a mi, sino a cualquier reportero, un trato digno. Es algo que siempre lo distinguirá de los demás artistas, de ¡absolutamente todos!: su calidez, su excepcional forma respetuosa de tratar a las personas por ser eso, seres humanos, y no por lo que representan.
A lo largo de los casi 30 años que he cubierto su carrera, eso no ha cambiado. Por el contrario, quienes hemos estado de cerca en su vida profesional y yo con el privilegio de un poco en la personal, es el mismo fuera y dentro de los escenarios. En él no hay caretas. Siempre hay una intención genuina de atenderte, de darte una entrevista, de complacer con todas las respuestas posibles, aunque no le gusten las preguntas y te lo dice de frente y con cámara prendida. Nunca niega entrevistas, si se le piden directamente a él, siempre las concede.
¿Cuántas veces no hemos visto que él pide que detengan el auto en el que va de copiloto, porque ahí estamos nosotros, con micrófono en mano? O ¿cuando exige que dejen pasar a la prensa, si es que estamos esperándolo en algún lugar público, en un palenque, en un concierto, para conocer su reacción sobre algún tema? Es lo primero que hace cuando llega a esos lugares. Ese es Vicente, el que nunca ha perdido piso y siempre nos ha hecho sentirnos parte de su entorno. Ni qué decir cuando ha cantado en su propia casa, en su arena VFG, somos uno más de sus invitados, no nos trata como de “segunda mano”. Y más de alguna vez nos hemos enterado que le va “como en feria” (como decimos en México) a su equipo de trabajo, cuando él se entera que hemos sido víctimas de descortesías. Eso no tiene cabida en él. Ese es Vicente Fernández, el que dice adiós el 16 de abril.
Para los que lo conocemos de cerca, sabemos que seguirá cantando, es parte de él, lo tiene en la piel. Seguro lo hará en eventos familiares. Aunado a que aún tiene muchas melodías de su autoría que desea seguir grabado en su estudio de grabación que tiene en la parte de atrás de su rancho.
¡Te vamos a extrañar Vicente! Que como bien has dicho, ya es tiempo de disfrutar a tu familia. Al público y a la prensa le has dado muchos años de tu vida. Muchas gracias por eso. Desde hace mucho te toca disfrutar.
Pero no por eso no te diremos, ¡te vamos a extrañar! Y que siempre veas sobre tu rancho “Los 3 Potrillos” un gran “Cielito Lindo”.
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